Tengo que admitir que, cuando conocí la metodología del flipped classroom, o clase invertida en castellano, que aparece explicada de forma muy detallada en esta página, me pareció seductora, atractiva, para darle un giro (nunca mejor dicho) a algunos contenidos en el aula. Explicar en qué consiste es muy sencillo: implica convertir el aula en el espacio en que se practica, no en el que se introducen los contenidos teóricos, que habrán tenido que ser previamente asimilados en casa, para lo cual la idea de grabar la clase o la lección en vídeo es bastante recomendable. Esta metodología tiene, a mi juicio, varios aciertos:
-Si se consigue que los alumnos acudan al aula con determinados presupuestos teóricos asimilados, el proceso de aprendizaje significativo puede multiplicarse.
-Refuerza la atención a la diversidad en la medida en que los alumnos pueden visionar los vídeos cuantas veces sean necesarias hasta asimilar adecuadamente los contenidos, en función de la capacidad individual y de la base de partida.
-Disminuye la brecha económica que pueden llegar a suponer las clases particulares, relativamente menos necesarias si en clase se explotan únicamente aspectos prácticos, si la misma clase se convierte en una clase particular.
La idea de grabar en vídeo aquellas tortuosas explicaciones que repites incansablemente en el aula, especialmente en relación con la sintaxis, me venía rondando la cabeza desde hacía tiempo, y leer un poco más sobre esta metodología tan solo sirvió para encender la mecha. Decidí estrenarme con un vídeo excesivamente extenso en el que recogía las distintas reglas para reconocer todas las funciones oracionales (sujeto, CD, CI, CRég...):
Pero el vídeo no resultó suficiente. Hubo una gran cantidad de alumnos que lo vio, que pudo repasar conceptos a través de él, pero yo no tenía control ni la absoluta seguridad de que todos lo hubieran aprovechado: no servía para sustituir la explicación en el aula, en consecuencia.
¿Qué podía hacer? La solución vino de la mano de algunas herramientas fantásticas de Google Drive, exactamente Google Forms, y del canal de Princippia, que me proporcionó algunos trucos para sacarle todo el partido a la clase invertida, los cuales me iban a permitir comprobar cuáles de mis alumnos habían visionado los vídeos y cuáles no, y en qué grado los habían aprovechado. Explicaré algunos de ellos a continuación. Viendo que ahora tendría sentido y más éxito, me aventuré a crear un nuevo vídeo, esta vez para explicar la oración compuesta por subordinación sustantiva, pero -¡fundamental!- dividiéndolo en varios aspectos o contenidos. Más tarde reuní estos aspectos, estos cuatro minivídeos resultantes, por así llamarlos, en la siguiente lista de reproducción:
Les proporcioné a mis alumnos los enlaces con los vídeos y los cuestionarios en una entrada de mi blog de aula y, periódicamente, les he pedido que reprodujesen cada uno de ellos y respondieran el formulario correspondiente. La apariencia de los formularios es la siguiente:
Proporciono a continuación el vídeo de Princippia que explica cómo generar formularios a través de Google Drive, y cómo corregirlos de forma automática a través de un complemento denominado Flubaroo, que es verdaderamente útil para agilizar el proceso de evaluación, y sin el que creo que sería totalmente imposible gestionar la cantidad de información que genera la respuesta de cada alumno. Para ello es necesario, una vez ha sido creado el formulario, responder a continuación todas las preguntas del mismo para que, más tarde, cada vez que corrijamos las respuestas de nuestro alumnado, les asignemos a aquellas el valor predeterminado de respuestas correctas.
La siguiente imagen ilustra los datos que nos devuelve este complemento de Google Drive sobre las respuestas de los alumnos a nuestro formulario. Lo más interesante es que nos devuelve un porcentaje que nos permite comprobar cuantitativamente la asimilación de los contenidos por parte de los alumnos. Asimismo, es posible realizar estadísticas sobre las distintas preguntas y obtener otros datos.
Por supuesto una de las claves de esta actividad es la retroalimentación, esto es, que los alumnos puedan conocer qué resultados han obtenido tras la realización del formulario para saber con mayores garantías qué aspectos han superado o comprendido más exactamente y en cuáles tienen que trabajar porque los han asimilado deficientemente. Para ello es imprescindible añadir un campo en el formulario en el que los alumnos puedan añadir su dirección de correo electrónico. No fue fácil conseguir un complemento que respondiera a mis expectativas, pero Yet another mail merge lo terminó consiguiendo, ya que no ofrece una respuesta automática, una vez se ha respondido el formulario, lo que podría suponer que los alumnos se pasasen las respuestas correctas unos a otros con mayor facilidad durante su ejecución: una vez finalizado el periodo de plazo proporcionado, y a partir de un mensaje en borrador en la cuenta de correo asociada a Google Drive, este complemento nos permite enviar los resultados a nuestros alumnos. Dado que el lenguaje que emplea es muy básico ("0" si se ha fallado una determinada respuesta, "1" si se ha acertado, en cambio), yo siempre reproduzco el cuestionario en ese mensaje, destacando las respuestas correctas y añadiendo una explicación a cada una de ellas para que los alumnos puedan acudir a ellas en caso de necesitarlo. Esta es la apariencia del mensaje:
Dejo por último un segundo vídeo del canal de Princippia en el que se explica cómo utilizar adecuadamente este complemento para que la actividad pueda ser autoevaluada por los alumnos:
(Actualización el 9 de mayo de 2018)
Más recientemente, la herramienta con la que obtengo datos para saber si mi alumnado ha aprovechado los vídeos y asimilado su contenido es Edpuzzle. Esta herramienta (multiplataforma, es decir, que el alumnado puede consultar desde el navegador de su ordenador o a través de la "app" correspondiente en su dispositivo móvil) genera un "entorno cerrado" en el que puedo agrupar al alumnado por niveles o grupos y controlar todas las actividades relacionadas con el vídeo (¿lo han visto?, ¿no?; ¿ha tenido que ver alguna sección del mismo en más de una ocasión?, ¿o incluso ha llegado a reproducir el contenido completo en más de una ocasión?...), permitiéndome, además, un control absoluto sobre la posibilidad de que el alumnado adelante el vídeo para acortarlo, cosa que es imposible, como es imposible también que minimice la ventana o utilice otra pestaña para realizar otra tarea, pues automáticamente el vídeo se detendrá (esté más o menos atento/a, tendrá que permanecer en la ventana del vídeo durante su reproducción si quiere completar la tarea). Además, durante su reproducción, puedo añadir notas aclaratorias por escrito, o incluso notas de voz, pero lo que a mí más me importa es la posibilidad de añadir cuestionarios (de opción múltiples o abiertos) con los que puedo comprobar, más tarde, que mi alumnado ha asimilado el contenido (o no, y entonces quizá sea necesario invertir más tiempo explicándolo, por ejemplo). Os dejo un tutorial de YouTube por si queréis examinar más atentamente su potencial y cómo funciona:
En otras entradas he compartido otros vídeos o listas de reproducción con lecciones de sintaxis.
Más recientemente, la herramienta con la que obtengo datos para saber si mi alumnado ha aprovechado los vídeos y asimilado su contenido es Edpuzzle. Esta herramienta (multiplataforma, es decir, que el alumnado puede consultar desde el navegador de su ordenador o a través de la "app" correspondiente en su dispositivo móvil) genera un "entorno cerrado" en el que puedo agrupar al alumnado por niveles o grupos y controlar todas las actividades relacionadas con el vídeo (¿lo han visto?, ¿no?; ¿ha tenido que ver alguna sección del mismo en más de una ocasión?, ¿o incluso ha llegado a reproducir el contenido completo en más de una ocasión?...), permitiéndome, además, un control absoluto sobre la posibilidad de que el alumnado adelante el vídeo para acortarlo, cosa que es imposible, como es imposible también que minimice la ventana o utilice otra pestaña para realizar otra tarea, pues automáticamente el vídeo se detendrá (esté más o menos atento/a, tendrá que permanecer en la ventana del vídeo durante su reproducción si quiere completar la tarea). Además, durante su reproducción, puedo añadir notas aclaratorias por escrito, o incluso notas de voz, pero lo que a mí más me importa es la posibilidad de añadir cuestionarios (de opción múltiples o abiertos) con los que puedo comprobar, más tarde, que mi alumnado ha asimilado el contenido (o no, y entonces quizá sea necesario invertir más tiempo explicándolo, por ejemplo). Os dejo un tutorial de YouTube por si queréis examinar más atentamente su potencial y cómo funciona:
Si quieres conocer qué información (notas aclaratorias y preguntas) añado a los vídeos que he compartido en esta entrada para "enriquecer los vídeos", como dicen por ahí, para hacerlos más ricos informativamente (tanto para el alumnado como para mí), te dejo que les eches un vistazo a través de estos encriptados de Edpuzzle.
En otras entradas he compartido otros vídeos o listas de reproducción con lecciones de sintaxis.
-Oración
compuesta por subordinación adjetiva: http://lticyl.blogspot.com.es/2015/05/invertir-la-clase-con-videos-la-oracion.html
-Oración
compuesta por subordinación adverbial: http://lticyl.blogspot.com.es/2017/04/invertir-la-clase-con-videos-la-oracion.html
Hola. He visto que en twitter has colgado recientemente un vídeo sobre extranjerismos y aludes a otros vídeos de la misma serie, pero no los encuentro. ¿Los tienes colgados? Gracias y saludos.
ResponderEliminarHola, Fran, ¿qué tal? Muchas gracias por tu interés. De momento solo he publicado dos vídeos de la serie (serie que, en principio, estará compuesta de cinco videolecciones): me refiero a los préstamos léxicos y a los calcos semánticos. Está a medio hornear el de otros procedimientos de creación de neologismos (onomatopeyas, siglas, acrónimos, revitalización...), pero me temo que los iré compartiendo poco a poco, conforme los pueda ir terminando.
EliminarUn saludo.